Al fin y al cabo, nadie tiene las respuestas exactas. Me pregunto si todo el debate de la píldora del día después tendrá un sentido para quienes la debaten. Ciertamente, un estilo de vida de la píldora del día después me recuerda las novelas de Aldous Huxley (¿lo escribí bien?). Un mundo desnaturalizado, con unos pocos cuantos sentimientos. La rentabilidad política versus el verdadero interés de los padres en sus hijas e hijos. Alcaldes querellados. Los tribunales de justicia que amparan el recurso de protección. Pero claro, en un país con una mentalidad tan insular las conversaciones francas entre padres e hijos son algo infrecuentes. Nadie enseña el amor si no es viviéndolo... Otra cosa es hacer las cosas al lote. Lamentablemente.
Tenemos la tendencia a discutir el tema de los valores en debates de la cintura para abajo, escuchaba recientemente decir a un grupo de intelectuales, a propósito de la ética y responsabilidad social de las empresas, y de los diversos actores que confluyen en nuestra sociedad y que debieran atender a nuestros problemas sociales. Pero nuestro país es lento para aprehender. Los valores atraviesan la forma de comportarnos, de hacer negocios, la manera en que nos dedicamos a hacer nuestro trabajo diario. Si todo el esfuerzo que dedicamos a debatir una píldora lo pusiéramos al mismo tiempo en tantos otros temas en los que la desidia ha carcomido nuestro deseo de hacer las cosas bien.
Poner en el consultorio de los liceos la píldora del día después pareció ser la solución francesa. A veces veo a los europeos un poco tristes, desencantados. No es que Europa esté vieja. Se niega a si misma. La ética no es un tema. En mi tierra nos hemos desenfocado, ya lo he dicho.
Concentrarse, a ver si acertamos de una buena vez. La ética de los valores debe se una de nuestras discusiones. Llegar a eso que he meditado hace poco: la ética vivida. Y tengo para rato en esta meditación.
4 comentarios:
Es un problema real y serio el de los que reducen la moral al sexto mandamiento, como lo es el de quienes la reducen al séptimo y a la justicia social. Lo peor es que ninguno de ellos ve la conexión entre los dos. Con todo, hay una diferencia: para luchar por la justicia social, se encuentra apoyo en el consenso dominante; en cambio, para oponerse a la depravación en materia de moral matrimonial, hay que ir contra corriente. Nadie se opone si doy dinero para ayudar a los pobres; si escribo en favor de la castidad (y contra la anticoncepción), ya me dirán que soy fundamentalista. Y en esto han cedido todas las iglesias cristianas: todas, al menos en su práctica, aunque algunas perseveran en la buena doctrina, como la Iglesia católica.
Querido Cristóbal:
Creerse tan poseedor de la verdad me parece fundamentalista, en los distintos niveles a los que haces mención en la justicia social. Nosotros llamamos a personas de ciertos credos de ese modo, fundamentalistas, y a nosotros también esas personas de esos credos nos califican así.
Con respecto a la carta de la comunidad luterana que comentábamos hay una cuestión que me parece necesario atender, la redactó una mujer, que tiene el grado de pastor. Al momento en Chile las mujeres no se han pronunciado, han sido parlamentarios y el clero que han dado sus opiniones, todos hombres, pero no han habido espacios para que ellas expresen su opinión. Por eso te envié la carta, atendiendo a la pluralidad, que en nuestro país pasó a ser un bien escaso.
Escribir en favor de la castidad está bien y muy bien. Nadie te llamará fundamentalista por esa convicción. Yo no. Pero no sólo la iglesia católica puede dar las únicas posiciones claras y directas, es casi como atribuirse la experiencia de Dios sólo al mundo católico. Por otro lado, todos los abortos que se suceden día a día me llenan de dolor, por eso escribí las frases donde está la fotografía del chino Xiao Yu, que critica la planificación familiar de su país.
Andrés S.
Andrés.
Hola Andrés, oye, muy bueno tu blog, tratas temas interesantes desde una perspectiva... igualmente interesante y novedosa.
Me gustaría incluirte entre mis blogs amigos en aesd (mi blog de temas alemanes, no historias). Si tú estás de acuerdo.
Saludos!
M:
Claro que puedes. Te invito a la reflexión.
AS.
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